IGNACIO IGLESIAS una victoria material lograda a fuerza de claudicaciones y de vilipendios. ,Yo os pido, poniendo en esta petición todo el énfasis de la propia responsabilidad, que en este momento grave asistáis, como nosotros le asistimos, al poder legitimo de la República, que, transitoriamente, no es otro que el poder militan (52). La alocución del coronel Casado tuvo otro propósito más definido, puesto que estuvo dirigida a los españoles de la España franquista. Les dijo: «( ... ] Y sin más titulo que este del deber cumplido me dirijo a vosotros, compatriotas, con el dolor de Espafia en el corazón y su nombre limpio en los labios, para advertiros que el pueblo ha tenido conciencia y gallardia suficientes para buscar, en medio de los horrores de la guerra, el camino de la paz mediante la conciliación en la independencia y en la libertad. Estos dos motivos esenciales de la guerra defensiva que sostiene la República son los crisoles en que se funden todos los anhelos populares del lado de acá de las trincheras, y asi lo hemos proclamado tantas veces cuanto fueron menester, y de modo rotundo y decisivo en ocasión reciente. ,Nuestra guerra no terminará mientras no aseguréis la independencia de España. El pueblo español no abandonará las armas mientras no tenga la garantia de una paz sin crimenes. ¡Establecedla! No soy yo quien asi os habla. Os dice esto un millón de hombres movilizados para la guerra y una retaguardia sin fronteras de retirada, dispuesta a batirse y luchar hasta la muerte por la consecución de estos fines, que son de paz. Asegurar la independencia de España y evitar que nuestro pais se sumerja en un mar de sangre, de odio y de persecución que hagan imposible por muchas generaciones una patria española unida por algo más que la dominación extranjera, la violencia o el terror. ,En vuestras manos, que no en las nuestras, están la paz -necesaria para que España se recobre a si misma- y la guerra -sangria que la debilita y la desbrava para ponerla al servicio del invasor-. Escoged, que si nos ofrecierais la paz, encontrariais generoso nuestro corazón de españoles, y si continuaseis haciéndonos la guerra hallariais implacable, segura, templada como el acero de las bayonetas, nuestra heroica moral de com- (52) El Socialista. Madrid, 7 de marzo de 1939. 35
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