Interrogations - anno I - n. 1 - dicembre 1974

. IGNACIO IGLESIAS via añade otra: la encabezada por Horacio Prieto, antiguo secretario de la organización confedera!, que propugnaba nada menos que convertir la F.A.I. en un partido poutico. Por nuestra parte, estimamos que cabe sumar una tendencia más, que habria de ser luego decisiva: la establecida en tomo al Comité de Defensa del Centro. Esta última tendencia, mientras las otras discutian interminablemente en una multiplicidad de organismos que asombra -Comité Nacional, Subcomité Nacional, Comité Peninsular, Subcomité Peninsular, Comité de enlace del Movimiento Libertario, Subcomité de enlace del Movimiento Libertario, Secretariado de Defensa del Movimiento Libertario, Sección de Defensa del Subcomité Nacional, etc.-, trabajaba sin descanso, con un objetivo bien concreto. Escribe César M. Lorenzo: «El Comité de Defensa de la C.N.T. del Centro, en manos de la troika ValSalgado-Garcia Fradas que funcionó hasta 1939, se preocupó de centralizar la acción y la administración confederales, de dictar sus consignas a los comités subalternos, de man'tener una obediencia estricta y de desarrollar una politica capaz de hacer frente al progreso indefinido del comunismo. Se convirtió en una especie de Estado mayor revolucionario todopoderoso dentro de la C.N.T., absorbió todas las funciones ejecutivas y relegó a segundo término el Comité regional del que en teoria era sólo un apéndice1> (34). Prescindamos de lo que puede haber en estas lineas de pura pasión, ya que el autor no oculta su aversión hacia dicho organismo, pero indudablemente el Comité de Defensa de la C.N.T. madrileña fue el que «tomó la iniciativa de derribar a Negrln y quien tramó el complot en el mayor secreto, sin tener al corriente a los otros dirigentes libertarios, ni siquiera al ministro Segundo Blanco, ni al secretario general Mariano Vázquez, que permaneció en Francia, ni a los miembros del Comité Nacional todavía presentes en Espafía1> (35). No me parece que el secreto haya sido tan absoluto como afirma César M. Lorenzo, el cual hace al Comité de Defensa en cuestión el reproche pueril de no haber comunicado sus propósitos a quienes precisamente estaban francamente en contra, abrazados aún a Negrin y a su Gobierno de pacotilla. Prueba de que se sabia lo que estaba en preparación, es que el Comité de enlace del Movimiento Libertario convocó el 16 de febrero a Cipriano (34) Obra citada, pág. 173. (35) Ibídem, págs. 264-265. 23

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