ÜLTÍMAS SEMANAS realizar algunos cambios en el mando militar, incluso sustituyendo al general Miaja por otro hombre más dinámico; y al coronel Casado por no ofrecer demasiada confianza, a lo que Negrln se negó, argumentando que esto podrla provocar actos de indisciplina~ (28). Se negó de momento porque temla las consecuencias del «golpe~ comunista, pero acabó por ceder, mostrando asl quién era el que en realidad manejaba todos los hilos. Esos cambios propuestos por los comunistas, que eran más amplios aún, tuvieron su expresión oficial en los nombramientos efectuados por Negrln y publicados el dla 3 de marzo en el D.iario Oficial del Ministerio de Defensa. He aqul el tenor de los mismos: Modesto era ascendido a general, asl como Cordón, Llster a coronel, junto con Galán y Márquez, siendo los dos primeros designados jefes de los Ejércitos del Centro y Levante, respectivamente, mientras «El Campesino> lo era del de Extremadura; el coronel Francisco Galán, los tenientes coroneles Etelvino Vega y Leocadio Mendiola, y el comandante Inocencio Curto, pasaban a mandar, por este orden, la Base Naval de Cartagena y las comandancias militares de Alicante, Murcia y Albacete; se disolvla el Grupo de Ejércitos de la Región Centro-Sur, quedando el general Matallana sin mando; el general Miaja era nombrado Inspector general del Ejército de Tierra, lo que en realidad suponia su jubilación; Cordón pasaba a ser secretario general del. Ministerio de Defensa, Y, finalmente, Casado era ascendido a general pero perdia la jefatura del Ejército del centro. La maniobra era evidente. Ante ella, los militares y los libertarios, los dos principales adversarios en aquel momento de los comunistas, sólo podian reaccionar de dos maneras: o aceptaban esos nombramientos, lo que suponla dejar en manos del Partido Comunista los principales mandos en las provincias desde donde podia llevarse a cabo la evacuación, u oponerse abiertamente a ellos, lo que acarreaba la sublevación y la consiguiente responsabilidad de acabar la guerra en las peores condiciones posibles. En todo caso, los comunistas tenian que salir beneficiados de la operación. LOS LIBERTARIOS.-Al contrario de lo que sucede con el Partido Comunista, no cabe juzgar el movimiento libertario como un todo único, o sea, como una organización centralizada, de férrea disciplina, con una poutica única impuesta de arriba abajo. En la C.N.T., principalmente, ha imperado siempre un sentido federalista, merced a lo cual ni siquiera las decisiones (28) Ib!dem, pág. 456. 20
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