Interrogations - anno I - n. 1 - dicembre 1974

tJLTIMAS SEMANAS los militares. Estos han perdido por completo la confianza que antaf'io hablan depositado en el hombre que dirigia la politica del pais y que aún se proponia continuar dirigiéndola, sin siquiera contar con su opinión en materia que les concernla directamente: la militar. También la van perdiendo los milltantes socialistas y anarquistas, que no siempre se la hablan otorgado sin ciertas restricciones; en todo caso, por lo que concierne a los militantes madrilef'ios, parecen cada dla más dispuestos a romper con el espiritu de permanente sumisión que venian mostrando los aparatos dirigentes, atados por mil lazos distintos a la polltica de Negrln. En suma, todos coinciden, militantes y milltares, anarquistas, socialistas y hasta republicanos, en juzgar la situación gravlsima y la conducta de Negrln y de los comunistas insoportable. Dolores Ibarruri, la Pasionaria, denostó esta reacción con su peculiar prosa florida: «Las comadrejas de la capitulación sallan de sus agujeros y ensef'iaban sus dientes amarlllos mordiendo donde podlan. [ ... J Se desbordaban las cloacas pollticas. Bandadas de ratas sarnosas sallan a la luz del Glia>(18). Verdad es que todos se hablan habituado a esta clase de llteratura procaz, que no hacia mella en nadie. Zugazagoitia nos lo dijo: «Estas fulminaciones han perdido su fuerza. Ser denostado por los comunistas se ha convertido en un honor. Polarizan todos los odios, representan todas las derrotas, son, en definitiva, el enemigo» (19). No cabe duda de que los comunistas presienten claramente que en Madrid todo se les escapa de las manos. La Pasionaria lo confiesa en el libro que acabamos de citar, si bien trata de enmascarar las verdaderas causas: «Su influencia en Madrid [la del Partido Comunista] se habla deb111tado.El traslado de la dirección del Partido a Cataluf'ia, cerca del Gobierno, si en algunos aspectos aparecia necesario, en general, más perjudicó que favoreció, porque con ello quedaba extraordinariamente deb111tadotodo el trabajo de organización y propaganda en la zona Centro-Sur, y especialmente en Madrid, de lo que se aprovecharon nuestros adversarios politicos para reforzar sus posiciones> (20). Tal vez, en el fondo, esta nueva situación favorecia la nueva táctica de los comunistas, dado que les permitia replegarse hacia las provincias mediterráneas, más aptas para la evacuación, dejando (18) Dolores Ibarruri: El único camino. Ediciones Sociales, París, 1965, págs. 450 y 452. 16 09) Obra citada, pég. 247. (20) Obra citada, pég. 433.

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