Interrogations - anno I - n. 1 - dicembre 1974

'úL'tIMAS SEMANAS unos resultados que yo temo sean análogos a los de Cataluña, pidan nuestra entrega incondicionall> (14). (Recordemos, entre paréntesis, que la respuesta de Francia e Inglaterra llegó once d1as después, mediante su reconocimiento oficial del Gobierno del general Franco.) Algunos historiadores, rarísimos, haciendo suya la tesis de los comunistas -tesis que, por otra parte, sólo defendían en su propaganda pública, puesto que sus objetivos reales eran otros-, han afirmado que la victoria de los franquistas no estaba asegurada por el hecho de haber perdido la República toda Cataluña. Uno de ellos, más conocido como economista, escribió: «El ejército leal del Centro se manten1a en sus posiciones en un amplio frente circular que aún conten1a dentro de su contorno a 10 millones de españoles, con alrededor de 500.000combatientes. Por otra parte, los env1os soviéticos de armamento [ ... ) se vigorizaron de nuevo~ (15). Argumento inaceptable, ya que no responde a la realidad. Digamos, por nuestra parte, que· esos 10 millones de españoles eran otras tantas bocas que necesitaban comer y para los cuales no se dispon1an de los alimentos m1nimos necesarios; en cuanto a los 500.000 combatientes -¡800.000 según Hernández!- únicamente exist1an en la imaginación de los que buscan excusas a todo trance, puesto que el Ejército del Centro, el mejor armado sólo disponía de 95.000 fusiles, 1.600 fusiles ametrallamores, 1.400 ametralladoras, 150 piezas de artillería, 50 morteros, 10 tanques y 40 aviones, siendo as1 que el general Franco contaba con treinta y dos Divisiones al sur de Madrid, con cantidades enormes de artiller1a, tanques y, por lo menos, 600 aviones (16). Esta era la relación de fuerzas. Otro historiador, Tuñón de Lara, deseoso de defender la polltica de resistencia personificada, de acuerdo con el mito propagado, por Negr1n y los comunistas, expuso otro razonamiento no menos endeble, también sacado a colación en su hora por los Alvarez del Vayo, Dolores Ibarruri y tutti quanti. Es el siguiente: «Habla, pues, en primer lugar, la posibllidad de un cambio de la polltica mundial que parase en seco la carrera hacia la catástrofe iniciada por la (14) Estos párrafos de González Pefía los reprodujo Prieto en su carta del 3 de Julio de 1939 a Negrfn, que figura en su obra ya citada, vol. II, pá.g. 84. ( 15 l Ramón Tamames: La República. La era de Franco. Alianza Universidad-Alfaguara, Madrid, 1973; pá.gs. 322-323. Jesús Hernández, durante la guerra uno de los más sign!f1cados dirigentes del Partido Comunista de Espafía, da en uno de sus libros (La grande trahlson, Ed. Fasquelle, París, 1963, pá.g. 155) cifras aún más Insólitas: 8 millones de habitantes y 800.000 combatientes. (16) Hugh Thomas: La guerra civil española. Ed. Ruedo Ibérico, París, 1961, págs. 488 y 493'. 14

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