Interrogations - anno I - n. 1 - dicembre 1974

ULTIMAS SEMANAS podia efectuarse por los aires y, sobre todo, por via maritima. Habla, pues, que reunir en los puertos del Mediterráneo, todavia en poder de los republicanos, el mayor número posible de barcos. No lo hizo. Negrin podia disponer aün de la flota de doce buques de «France Navigation,, compañia que se habla creado con dinero facmtado por él y administrada por los comunistas frnaceses; de una flota con capacidad de carga superior a las 150.000 toneladas perteneciente a la «Mid Atlantic Shipping Co.,, entidad de absoluta confianza del Gobierno republicano y a cuyo nombre fueron puestos los depósitos de mercancias de la «Campsa Géntibus, -agencia republicana encargada del comercio exterior durante la guerra civ!l-, al disolverse ésta legalmente tras el reconocimiento del régimen franquista por Francia; de barcos mercantes espafioles que se hallaban en puertos franceses, como el «Darro, de 2.609 toneladas que estaba en Marsella, el «Escolano, de 3.058 toneladas que se encontraba en Port-Vendres, el «Motomayon de 5.724 toneladas que fondeaba en El Havre y el «Saturno, de 3.450 toneladas que aguardaba en Casablanca, todos ellos recuperados luego por el gobierno del general Franco. Otros barcos de la flota mercante espafiola -pertenecientes a la Compafiia Ibarr.a, a la Transmedi'.- terránea, a la Naviera Pin1llos, a la Sota y Aznar, etc.-, en lugar de recibir la orden de zarpar hacia los puertos mediterráneos en poder de la República, fueron dirigidos hacia puertos soviéticos; asi, al terminar la guerra civil, quedaron una docena de esos barcos en Leningrado, algunos en Murmansk y varios en el Mar Negro, los cuales cambiaron en seguida de nombre y pasaron, pura y simplemente, a pertenecer a la marina soviética. El plan de Negrin, secundado por los comunistas -sin la menor duda sus inspiradores-, era posiblemente otro: evacuar sólo a los suyos, a sus cuadros politicos y m111tares más importantes, para lo cual, naturalmente, no se precisaban grandes medios de transporte. Esto explica el que no diera la orden de concentrar en los puertos aún a su disposición, situados desde Valencia a Almeria, a cuantos barcos pudieran hacerlo. El periodista cenetista Garcia Pradas, que vivió apasionadamente los contecimientos de Madrid al final de la guerra, lanzó contra Negrin y los comunistas esta acusación: «El propósito, pues, era ambicioso y desaprensivo en igual medida: apoderarse de los medios de evacuación, asesinar y desprestigiar a los rivales pol1tlcos y pasar por haber sido los únicos que no arriaron la (10) Obra citada, pág. 53. 10

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